El agua como fundamento de vida en los pueblos zapotecos del Valle

 En Tlalixtac es habitual escuchar que, para tomar agua de cualquier sitio, para hacer un pozo, para cruzar un río es necesario pedirle permiso. Estas nociones de respeto nos recuerdan el carácter sagrado que tiene el agua en la cultura zapoteca y a una filosofía comunitaria en la que pedir permiso genera otras pautas de relación con el medio, que nos remiten a la complejidad de los recursos bioculturales de la región. 

El Huehuete se lleva para pedir permiso para hacer cualquier construcción, apenas para el drenaje en la loma de la manteca. Se hace para prevenir cualquier accidente (Entrevista, julio 2022).

Pedir permiso es una práctica que sobrevive y que forma parte de los procesos bioculturales de la comunidad. A pesar de que las referencias específicas a Cocijo (deidad zapoteca principal relacionada con el agua) son escasas, es reiterada la noción de profundo respeto que se le tiene al agua en las comunidades zapotecas. La lluvia, el río, el manantial se convierten en lugares esenciales para la vida comunitaria y prevalece una compleja relación con estas entidades que podrían considerarse seres esenciales, muy lejos de la categoría de un simple recurso natural.


Una cruz y en palabras le dices “pues, con permiso, voy a agarrar agua”… Con permiso venimos a pedirte un poquito de agua, tomarte un poquito de agua” y ya. Y si no lo hicieras, la cuestión que lleva uno, la mentalidad, pues ya vas, como que dices “me puedo enfermar”, entonces tienes que hacerlo… obligatorio, pues. Mi creencia ya es, y si no lo hago, pues me voy a enfermar o voy a… o sea, ya llevas en la mente, para pedirle lo que es, y así ya vas, te libras de…De hecho ahí en la que casa tengo un primo, está vivo, pero él de ahí se enfermó, y hasta la fecha no le hayan cura. Él padece de… ahorita de la espalda se queja y de los pies. Y él cuenta que cuando iba al cerro, llegó al pozo del Pipal, pero se le olvidó …hacer la seña. Entonces él agarró, tomó agua, y dice que cuando él iba a tomar agua, su mascota, su perrito, se adelantó y que toma agua. Regañó al perrito pues, y se le hizo fácil agarró y tomó agua y se fue para arriba. Llegando al caballete dice que se le apareció una manita así por zorra, dice, pero bien bonita, una zorrita. Y a él se le hace fácil dice “pues, que lo mato y me lo llevo”, pues, no le quiso dar clemencia, y que se resbaló, y de ahí quedó. De ahí quedó que le duele sus pies y su espalda, de ahí quedó, eh, ya tiene más de, veinte o treinta años que está así… yo fui leñero, y ya cuando vamos a empezar a trozar la leña, ya igual le pides permiso a la naturaleza más que nada, a dios padre todo poderoso, y ya empiezas a hacer tu trabajo.

(Relatos de la transcripción del taller, julio de 2022)


Río del Estudiante (Tomada en la red 2022)
 

El agua, el monte y sus habitantes se configuran como entidades a la que el ser humano se tiene que aproximar con respeto y no servirse de ellos de manera irreflexiva. No se trata únicamente del temor de vivir las consecuencias de no apegarse a las señas que tenemos que hacer, sino al reconocimiento de una compleja mentalidad que tendría que mediar nuestra relación con el mundo para hacer con dignidad y respeto nuestros trabajos y reconocerse como originario de un lugar que requiere de cuidados mutuos. En Tlalixtac se identifican también lugares precisos, generalmente, nacimientos de agua en los que se tiene que pedir permiso para subir al cerro.


Los espacios, en particular los del monte, se conciben poseídos por entidades anímicas territoriales muy poderosas, con gran capacidad de acción, ante las cuales las personas deben realizar cuidadosos rituales ... Esto es, que la reciprocidad siempre está presente en las interacciones entre humanos y entidades extrahumanas (Barabas, 2010, p.13).

En la comunidad también hay referencias a un pozo y a un río que son resguardados por muchachas muy bellas que pueden enfermar a los hombres que se deslumbren con ellas o que no sean respetuosos con estos lugares. La concepción de que existan estas entidades femeninas como dueñas y guardianas de estos lugares recupera la noción precolombina que reconoce a entidades que cumplían con esta función a las que podemos llamar entidades anímicas territoriales.


[El agua] se asocia de manera universal a la fertilidad y a la fecundidad, elementos indispensables para el desarrollo de la vida, que se conecta directamente con el significado que también incumbe a la culebra (serpiente); la cual también se relaciona con la vida y la fertilidad, la humedad y las aguas de la tierra; de esta manera, cumple un papel importante dentro de las civilizaciones agrarias como las que dieron en el país por medio de deidades como Quetzalcoatl, Coatlicue o Cihuacóatl (Hernández Paulino, 2018, p.169).

 

En las comunidades originarias prevalecen estas referencias, cuyo origen precolombino ha sobrevivido a trescientos años de colonia española y a doscientos de un México independiente. De ahí la importancia de recuperar y transmitir lo que estos relatos encarnan, en tanto remiten a las culturas zapotecas del Valle que hoy resisten en sus territorios, a pesar de todos los procesos históricos que han buscado su desaparición.

-En el arroyo de la muchacha porque se dice que se aparece una muchacha, que sí se aparece y la ven se enferma y hasta fallecen. 

-Pocito de la muchacha, un señor vio como juraba una jícara colorada. 

(Entrevista, julio de 2022)

 

El agua, las muchachas y la jícara constituyen una tríada que corresponde a la vinculación de la vida con los procesos de curación ritual. La jícara con agua es un medio para la sanación y el presagio, pero también la base para la vida, pues la jícara era instrumento que mediaba la relación con el agua para poder tomarla y saciar nuestra sed.


Registro gráfico del relato (Archivo IDAS, 2022)

En la punta de uno de los cerros de la comunidad está una laguna que sigue teniendo agua en época de lluvias. Se cuenta que está encantada y por eso no debe llevarse nada de lo que ahí se encuentra. Se dice que una mujer es la vigilante de esa laguna, dicen que algunos la han visto caminando en el cerro, entre la vegetación como si nada, dicen que se ve mayor que la muchacha que aparece en el cerro, en la parte baja. Algunas investigaciones sobre las historias del territorio en comunidades originarias nos recuerdan:

Cada lugar del territorio “pertenece” a una entidad anímica intencionada y poderosa, reconocida como: Dueño del cerro o del monte, de la tierra, de los animales, del agua, del viento, del rayo, entre otros; ante la cual las personas deben realizar rituales…para aplacar sus estados de enojo provocados por la intervención irrespetuosa de los humanos en sus lugares, y propiciar su permiso y ayuda, lo que redundará en abundancia y salud…Así, el destino de la gente está ligado al modo de habitar, de cuidar y de hablar con los seres extrahumanos que pueblan el territorio. La gente dice que el territorio sagrado de los dueños es “delicado” y “pesado”, aludiendo a su cualidad heterogénea respecto del tiempo y espacio ordinarios… En oportunidades los Dueños son “vistos”, generalmente con forma humana, pero también de animal o de piedra. (Barabas, 2010, p.15).


De ahí la importancia de retomar estos relatos, saberes y prácticas y reflexionarlas hacia el futuro, pues representan otras maneras de relación con el ambiente que pueden propiciar el respeto y la conservación como una vía para adaptarse a los tiempos contemporáneos que pasan por encima de estos aspectos. Este es un elemento central, si recordamos que la mayoría de los ecosistemas que conservan más biodiversidad en el mundo se encuentran en comunidades originarias milenarias que, pese a los procesos históricos que buscan su extinción, han buscado mantener estas maneras de relacionarse con el espacio desde la reciprocidad, el respeto y los cuidados.


En esta lógica, en Tlalixtac también se recuerdan prácticas curativas asociadas a los cuerpos de agua. 

 

A: Sí. Bueno, aquí los que querían este, temprano las abuelitas o las mamás de uno, cuando amanecía uno así como que tristes y todo, pues ya iban y… más que nada, cuando llovía en los ríos, corría el agua, y ya ahí ya nos quitaban la ropa, ora a bañarse para que se le vayan todos los males y todo eso que trae.

B: y tirar flor.

A: Ajá y tirar flor, te tiraban la flor y ya se iba. Y había también curanderas aquí … curaban de susto. Que creo que todavía usaban este pan… pan de oro, que le dicen, una apaxtlita ponían flores, agua, luego le daban todo y pasaban todos. Pero ellos tenían su forma, su método de cómo… su manera, se iba a la casa de las personas. Dos o tres veces se iba para que lo curaran a uno, de niños. 

B: Ya era este ajá, remedio casero, y la creencia es así porque se sanaba uno.

(Diálogos de la transcripción del taller, julio de 2022) 

 


Esta asociación del agua y del río en específico con el estado anímico coloca en el centro la relación vital que se mantenía con estos cuerpos de agua. Sólo en contacto con lo sagrado era posible mantener la noción de equilibrio en la que se fundamenta la medicina tradicional.

 

Es cultura tradicional de salud, en general, el modo de entender en los distintos pueblos la influencia del viento, de la humedad, de los conflictos sociales, de la alimentación, de la montaña, del río, de las historias narradas, etc., en la vida humana en relación con una realidad en equilibrio vista como realidad amplia y compuesta por la persona, la sociedad, lo natural, lo sobrenatural (definido en el mundo de creencias), las tradiciones y las normas. Es cultura tradicional de salud el desarrollo de modos de curar …Es cultura tradicional de salud el conjunto de ideas y acciones tendentes a salvaguardar la integridad de la comunidad y del grupo. Tal rasgo caracteriza las tradiciones de salud y la etnomedicina de pueblos originarios mesoamericanos, de (Aparicio Mena, 2006, p.1)

 

Dentro de las prácticas de medicina tradicional o de etnomedicina vinculada al agua también se conectan con la función social que cumplían los temazcales en la comunidad. Durante el taller participativo las personas ubicaron los lugares donde había temazcal.

A: Lo que pasa es que, a mí me tocó ver todavía de chamaco pero ya me di cuenta de mis hermanos los más chicos, entonces llevaron a mi mamá allá, pero… mi papá y uno de mis tíos, enrollaban el petate, en un petate pues se acostaba y lo amarraban, y atravesaban un palo largo, entre los dos ya la iban cargando, así íbamos. Pero el preparativo, eh… iban con tiempo a prenderle lumbre. Afuera, estaba un este, un espacio donde hacían lumbre, y ponían un tambo de agua. Y luego, lo que no recuerdo es qué tipo de hierba… Parece laurel.

A: Parece que era también chamizo.

B: Ajá.

A: Esa flor que se da en los ríos que cura el susto, ¿cómo se llama? 

B: Ah, este… barba de chivo. 

A: Ajá algo así, ajá una verdecita así que tiene un aroma también…

C: ¿No es este… pegajosa?

A: Ah, también esa es…

B: Entonces este… 

A: Ya hacían su agua.

B: Se metían las dos personas adentro, y ya lo tapaban y ya este, ahí le iban preguntando si estaba bien de tibio o estaba muy caliente, y ya cuando la sacaban que ya tenía que estar bien tapado pues y otra vez al petate, eran tres veces.

(Diálogos de la transcripción del taller, julio de 2022) 

 


El uso del temazcal tiene antecedentes precolombinos y su utilización sobrevivió cientos de años en los Valles Zapotecos (Thiemer-Sachse, 2000), hasta que en el siglo XX su utilización tradicional comenzó a mermar y hoy se encuentra casi extinta. 


Antes un temazcal se les metía para cerrar los órganos para cerrar y que las mujeres estuvieran más fuertes (Entrevista, julio 2022). 


Lo mismo sucedió con la partería tradicional que se encargaba de la atención prenatal, de parto y postnatal. Sin embargo, el temazcal no deja de estar presente cuando en una boda tradicional se baila el jarabe del Temazcal y se barre a los novios y familiares esperando limpiar cualquier disgusto y comenzar con tranquilidad y alegría una nueva unión.


En una boda se les reparte un rosario de bugambilia, se reparte poleo con laurel. El Huehuete saca a los familiares para bailar 3 jarabes, en el 2do jarabe tocan una pieza que se le llama "del temazcal", durante el jarabe se les barre a los familiares y novios para que se les limpie cualquier disgusto o desacuerdo que haya habido antes de la boda. Se barre principalmente a los consuegros y papás de los novios (Entrevista, julio 2022). 


Comentarios

Entradas populares